KARLSRUHE EN VERANO: AGOSTO ES UNA BUENA OCASIÓN PARA VISITAR LA CIUDAD QUE CUMPLE TRES SIGLOS DE FUNDACIÓN

Arriba, vista panorámica del lado central del abanico de calles que nacen desde el castillo de Karlsruhe. Los visitantes pueden subir a lo alto de una de sus torres para admirar la ciudad que fue fundada por Karl Wilhelm. Dicen que la fundó una tarde en que reposaba debajo de los árboles, bueno, eso dice la leyenda, pero la historia lo confirma, en 1715 la fundó para la inmortalidad. Desde entonces llegaron ciudadanos desde los cuatro puntos cardinales y quedaron cautivados con su arquitectura y su apertura al mundo: su arquitectura -vale repetirlo- tiene una forma de abanico, que desde el centro del castillo se abre como la cola de un bello pavo real. 
 
por Jose Carlos Contreras

CAPÍTULO SIETE
KARLSRUHE EN VERANO

 fotos: haltestelle iberoamerika 

Kalsruhe es una ciudad pujante, ejemplo en todo Alemania por su amor a las bicicletas, y además por ser el centro de las leyes de la tierra de Goethe, aquí se encuentra enclavado, por ejemplo, el Tribunal de Garantías Constitucionales de Alemania. Pero sobre todo Karlsruhe ha sido cuna de inventores como Carl Benz, que nació aquí. Carl, Carlitos inventó el coche moderno: recuerdan el Mercedes Benz?.

 Abajo, vista del pabellón construido especialmente para las celebraciones de la ciudad de Karlsruhe. Arriba, viajeros que disfrutan de una caída de sol observando la ciudad. Delante de ellos, al lado de la cabeza del caballero, se observa la imponente Selva Negra.

En Karlsruhe nació Karl Freiherr von Drais (1785), el inventor del prototipo de la bicicleta y Max Himmelheber (1904), el inventor del Particle board (Spanplatte). 

Rudolf Hertz, el físico alemán descubridor del efecto fotoeléctrico y de la propagación de las ondas electromagnéticas, así como de formas de producirlas y detectarlas, también trabajó, inventó y vivió aquí, en Karlsruhe.



Hoy por hoy, la ciudad de Karlsruhe es el mayor centro de informática y tecnología de Europa. Por algo, la historia lo confirma, aquí se fundó la primera Facultad de Informática de Alemania, y se recibió el primer correo electrónico en tierras teutonas. Arriba en la foto vemos parte de la universidad de Karlsruhe KIT.

 

Las aguas fluyen en verano refrescando el paso de las gentes, esta fuente se tiende delante del teatro de la ciudad (foto arriba). Abajo, los fanes de Karlsruhe llegan a montones para fotografiar su encanto y misterio a pesar de su juventud: Karlsruhe sólo tiene tres siglos de fundada.

Arriba, frontis del museo de Ciencias Naturales de Karlsruhe, uno de los museos más grandes e importantes de Alemania en su rubro. El museo fue fundado a mediados del siglo XVIII. 

A pocos minutos de Karlsruhe es posible gozar de la naturaleza y perderse caminando por la Selva Negra o por los alrededores de las localidades cercanas. En la vista de abajo una pareja reposando cerca de la Michaelskapelle.

Otra vez Karlsruhe, en agosto, arriba, cuando el sol se va en dirección de Los Vosgos. Y los amantes del agua y las lagunas (foto abajo) se despiden del día. Más abajo, otra vez Karlsruhe: para no olvidarla.